En este día celebramos las acciones de miles de mujeres que en diferentes épocas han llevado a cabo por abrir paso a las siguientes generaciones.
En palabras de Eleanor Roosevelt: “Para manejarte a ti mismo, usa tu cabeza; para manejar a otros, usa tu corazón.”
Es en el corazón de las personas en donde los cambios comienzan porque es ahí donde radican los valores que mueven a una sociedad.
Hoy las acciones y los impactos tienen un efecto multiplicador en el mediano y largo plazo porque labran el camino para los demás.
Por ello sumo a este diálogo otra frase de esta gran activista de los derechos:
“Lo más importante en cualquier relación no es lo que obtienes, sino lo que das.”
Esto habla de la generosidad que es una cualidad de los líderes, que como sostiene mi amigo Benjamín Beckhart en su libro “Lidera con Carácter”, tiene un capital inmenso en los negocios para generar la empatía que ayuda no sólo a ser agentes de cambio, sino también, a generar un liderazgo guiado por valores que trascienda.
Así el hecho de tener curiosidad por nuevas formas de actuar y de desarrollar promueve el aprendizaje, la creatividad, el dinamismo y con ello la productividad de los grupos de trabajo.
De este modo, hoy en marco del Día Internacional de la Mujer celebro la firma sobre el compromiso por la igualdad salarial llevado a cabo en BIVA, en donde como Club del 30% México, asumimos el reto para ser catalizadores en este país que tanto nos necesita y con todos los recursos para crecer.
Es importante buscar los balances, tender los puentes para que esos cambios se ejecuten. Contar con propósito es la brújula que ayuda a trazar los rumbos de las acciones. Estoy segura que en cada casa, existe una mujer que con sus valores enseña a sus hijos a ser mejores seres humanos. En palabras tan simples como las de mi pequeñita que a su corta edad me dice“la diversidad es buena porque ser diferentes nos ayuda”. Si, nos ayuda a ser más creativos, más productivos, a aprender a desaprender y sobre todo a comprender que el talento proviene de cualquier ser humano, no importando su origen ni condición.
Lo extraordinario proviene también de lo ordinario y es por ello, que ser un ejemplo para las siguientes generaciones es una misión que llevo en el centro de mi ser.
Hablar de las diferencias es sumamente valioso para poner en la mesa acuerdos que lleven a acciones como la que hoy se celebró en BIVA gracias a la gran convocatoria de un equipo lidereado por Maria Ariza. Muchas felicidades a todas las mujeres que hacen que esto sea posible porque queremos buscar un mejor futuro para las demás.
Como menciona, Laura Cruz, colega mía en esta iniciativa, Creciendo con diversidad es el lema que el Club del 30% promueve a nivel global y para generar el gran cambio.
Los invitamos a sumarse a esta iniciativa para colaborar en conjunto y llevar a las organizaciones en México a cerrar no sólo la brecha salarial sino las diferencias en los ambientes de trabajo para sumar a más mujeres en mandos directivos.
El reto que asumo como co-líder del Club del 30% en México es tender puentes entre instituciones, capítulos globales de diversas asociaciones, empresas para buscar soluciones que generen balances en las organizaciones y que ayuden a los equipos a ser más diversos y productivos.
Por ello me encanta la pregunta con la que mi gran amigo Ben invita en su libro y ¿tú qué clase de líder quieres ser?…